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Estaba tan aburrido el Chile-Uruguay, en la Copa América 2019, que hubo que esperar al minuto 70 para una jugada de peligro: Edu Vargas, el delantero de la roja, cabeceó a quemarropa dentro del área, y su cabezazo lo despejó, pegado al travesaño, José María Jiménez.
Ni antes ni después hubo noticias en las áreas, hasta el minuto 80, cuando Edinson Cavani, el temible delantero uruguayo del Paris Saint Germain, cabeceó casi de espaldas un excelente centro de Jonathan Rodríguez, que había ingresado unos minutos antes, y su sien dirigió la pelota con precisión a la cepa del poste defendido por Arias, cuya estirada fue inútil.
Con ese gol, Uruguay ganó el grupo C, con 7 puntos, mientras Chile quedó con 6. La selección charrúa se enfrentará este sábado 29 a Perú, mientras a los chilenos les toca un rival, a priori, más duro: Colombia, con la cual se enfrentarán este sábado en la Copa América que se disputa en Brasil.
Uno de los partidos más esperados de la Copa América fue también uno de los más pesados, sin ocasiones de gol, y con los uruguayos ligeramente superiores a los chilenos, aunque sin grandes diferencias.
Un partido trabado, pero sin la violencia que a veces despliegan ambos conjuntos; en el que Cavani logró, con la justicia poética del fútbol, marcar un gol ante un descuido de Gonzalo Jara, el defensor chileno con el que tuvo el antideportivo incidente de las eliminatorias sudamericanas de 2015, pero que, con toda seguridad, no llenó los ojos de ninguno de los espectadores que, o en el Maracana o a través de la TV, padecieron -más que disfrutaron- de los 90 minutos de juego.
Tras el gol, Chile, que había retirado a Vargas para aguantar un empate que la hacía primera de grupo, se lanzó a la desesperada al ataque, pero dejó a Uruguay haciendo una de las cosas que mejor sabe hacer: Defendiéndose de balonazos aéreos, y recibiendo faltas que terminaron por diluir el encuentro que se celebró en Río de Janeiro.