Los ciudadanos de Luisiana, al sureste de Estados Unidos, se recuperan luego del paso del huracán Barry, que a principio fue una tormenta tropical, pero sigue latente el peligro de más inundaciones por la crecida del río Mississippi.
El gobernador de Louisiana, John Bel Edwards, dijo que las oficinas estatales abrirían este lunes, excepto en tres distritos donde todavía hay cortes de energía. “Por mi parte, estoy extremadamente agradecido de que las lluvias pronosticadas y las inundaciones no se hayan materializado”, dijo.
Barry, que se debilitó a una depresión tropical este domingo mientras se movía lentamente hacia el norte a través de Louisiana y hacia Arkansas, había puesto a Louisiana en alerta máxima durante gran parte del fin de semana con una amenaza de inundación épica. Gran parte de esa amenaza no se materializó. Nueva Orleans, en particular, no vio las tormentas catastróficas que se habían temido.
Se pronostica que Barry producirá de 3 a 15,2 centímetros adicionales de lluvia desde la parte baja del valle del río Mississippi a través de partes de Arkansas, el oeste de Tennessee y el noroeste de Mississippi, dijo el meteorólogo de CNN Michael Guy.
Con información de CNN en Español