A dos meses de las celebraciones decembrinas, la planificación de las fiestas parece simplificarse. En Anzoátegui, según una consulta del diario local El Tiempo, celebrar los últimos días del año comprando vestimenta, juguetes, regalos y opulentas comidas no será una prioridad entre las familias.
La inflación, que evapora el poder adquisitivo de los ciudadanos en toda Venezuela, ha arrasado con la calidad de vida de los venezolanos y con sus libertades económicas: la referencia del salario mínimo integral, ahora de Bs. 300.000, indica que los ingresos mensuales a nivel nacional no alcanzan para cubrir los gastos de una navidad adornada con bambalinas.
De acuerdo con lo establecido por el Banco Mundial, la línea internacional de pobreza se ubica en 1,90 dólares diarios para la manutención básica de una persona y en Venezuela, los ingresos mínimos mensuales escasamente llegan a los 0,26 dólares diarios.
“Si acaso un par de zapatos” señaló Joel Álvarez, representante familiar, al señalar que la situación económica no le permite para gastar el dinero comprando tantas cosas. Y como Álvarez, muchos se han resignado a repetir con ahínco que “lo importante es la salud”.
No obstante, la alimentación es una prioridad para el venezolano y muchos “harán todo lo posible para laborar las tradicionales hallacas, aunque quizás no en la misma cantidad que en años anteriores”.