Michael Bransfield fue sancionado este domingo por el papa Francisco por estar implicado en un caso de acoso sexual, que obligó a la renuncia de su cargo en la iglesia en el año 2018.
Bransfield no podrá residir en su antigua diócesis, ni participar en celebraciones litúrgicas públicas. Además, en cualquier lugar en el que esté, tendrá que "corregirse públicamente" por el mal que causó. La información fue reseñada por El Nacional.
Con esta sanción, el papa Francisco "continúa con su línea de firmeza con el episcopado estadounidense", señala el portal del Vaticano.
En febrero pasado, el Papa secularizó al cardenal estadounidense Theodore McCarrick, acusado de abusos sexuales a menores y jóvenes.
Esta es otra de las medidas de la Iglesia Católica de los EEUU para reforzar el sistema y alertar sobre los abusos sexuales.