Las peticiones sorprendieron esta vez. Las calles del pueblo de Santa Rosa y su plaza central se llenaron desde muy temprano para venerar a la Divina Pastora en su visita 164 a la ciudad de Barquisimeto. Como cada año, muchos fueron a pagar promesas, otros a pedir llenos de fe lo que más necesitan, pero a diferencia de otros 14 de enero, la mayoría no fue a pedirle a la virgen por su salud o la de un familiar, todo se centró en la crisis del país.
El sentimiento de un cambio en Venezuela era compartido. Muchos hablaban de eso. Fray Rodríguez escuchó la misa vestido de Nazareno, como siempre desde hace 30 años. Mientras lo hacía oraba en silencio y muy conmovido. “Pido por todos los que se han ido del país. Por su salud, por su bienestar. Y si pueden regresar a nuestro país, mucho mejor”.
Su sobrino mayor tiene cuatro años en el extranjero y no ha sido fácil para él. “Le estoy pidiendo a la Divina Pastora que me lo vuelva a traer. Él también es devoto de ella. Ya son cuatro años sin verle la cara, sin abrazarlo, no es lo mismo verlo en video llamadas que tenerlo aquí cerca”.
Él paga promesa por su salud. “Estuve a punto de quedar en silla de ruedas y la virgen me concedió el milagro. Por eso vengo cada año a caminar la procesión hasta la catedral con ella”.
Alison Ramos va cada año a Santa Rosa como parte de una tradición familiar. Desde que tiene siete años lo hace. Esta vez fue con su hija sobre sus hombros vestida de pastora. “Siempre pedimos por la salud de todos, pero hoy también lo hacemos para pedirle fortaleza para aguantar esta crisis tan dura”.
Él tiene un negocio con el que lograba mantener a su familia y vivir con estabilidad. Ahora no puede. “Yo trabajo por mi cuenta y prácticamente no me alcanza para comer. Esto de verdad es inaguantable y por eso le pedimos a la Divina Pastora que nos ayude a seguir luchando”.