La Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim) sigue experimentando con nuevas torturas, en especial contra los tres generales detenidos en Fuerte Tiuna.
No conforme con el aislamiento que deben vivir Raúl Baduel, Miguel Rodríguez Torres y Héctor Armando Hernández Da Costa, también deben lidiar con la falta de contacto cuando se les permite ver a sus familiares.
La periodista Sebastiana Barráez informó que las “únicas reglas que hay en ese sitio es que no se pueden abrazar a los detenidos, no se pueden tocar, solo pueden verlos a través de un vidrio y oírlos por un teléfono”.
No existe intimidad alguna. Todas las conversaciones son espiadas. “Cada cierto tiempo se oye un pitido estruendoso que ni siquiera permite la fluidez en el diálogo”, expresó la comunicadora en un artículo escrito para Infobae.
Los tres altos oficiales conviven en celdas invadidas por zancudos. No se les permite ventiladores y el calor es infernal.
“Es el aislamiento, la soledad, la falta de contacto físico, la estrategia para reducir a esos tres hombres al nivel de cosa, para someterlos, para destruirlos”, comentó Barráez.
Tras dos años de libertad condicional, Baduel fue encarcelado nuevamente en enero 2017. Tres meses después le acusan por atentar contra la independencia e integridad de la nación. Estuvo recluido en el Sebin de Plaza Venezuela hasta el pasado mes de junio cuando fue trasladado a Fuerte Tiuna.
Rodríguez Torres fue detenido el 13 de marzo de 2018 por “atentar contra la patria” y estar involucrado en “acciones contra la paz y la tranquilidad pública”.
Recientemente habría sido trasladado al Hospitalito por presentar un cuadro de dengue hemorrágico y bronquitis.
Por su parte, Hernández Da Costa fue detenido el 13 de agosto de 2018 por su presunta vinculación con el atentado fallido contra Nicolás Maduro.