Luego de aparentemente ingerir cocaína, una niña de tres años sufrió un infarto en Reino Unido, informó el miércoles The Sun.
Esto sucedió luego que su padre dejara la droga en la casa donde habitaba la menor junto a la madre y sus hermanos.
La tragedia ocurrió en abril del año pasado, pero recientemente el juez a cargo dictaminó cómo se produjo. Las autoridades concluyeron que la droga fue "dejada por descuido" y calificaron la muerte de la niña como "innecesaria" y "evitable".
La autopsia
Por motivos legales, la menor fue identificada como "K", cuando ingresó al hospital bajo sospecha de sepsis o meningitis, pero la autopsia reveló rastros de cocaína en sangre.
Ambos progenitores trataron de culpabilizarse entre ellos sobre el hecho. Mientras tanto, los otros cuatro hijos de la pareja fueron puestos a cargo de los servicios sociales.
Según el juez, el padre de K había traído cocaína a la casa de la madre en "conexión con sus actividades relacionadas con las drogas" para procesarla de "alguna manera en una zona a la que tendrían acceso los niños".
A pesar de esto, el funcionario aclaró que "la madre sabía muy bien" que el padre traía cocaína a su domicilio pero probablemente "hizo la vista gorda o se convenció de que se estaban tomando las precauciones suficientes para proteger a los menores. Esto fue para engañarse a sí misma".
Sin embargo, el juez indicó que se desconoce el lugar de donde "K" extrajo la sustancia, así como las circunstancias en las que pudo ingerirla.
Por último, el magistrado describió a la menor como "una niña juguetona, atrevida y cariñosa con toda su vida por vivir".
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Caraota Digital recorrió uno de los sectores más vulnerables de Caracas para visitar a Yuleima, una mujer que hace 2 años fue tiroteada en su casa por vender drogas y desde entonces; postrada a una silla de ruedas, recorre las calles de Caracas con sus hijas para buscar el alimento diario.
Hace varios meses Caraota Digital entrevistó a Yuleima cuya identidad fue protegida para su protección y la de sus hijas. Sin embargo, recientemente por decisión propia, nos abrió las puertas de su refugio en el Guarataro para contarnos su historia y mostrarnos las precarias condiciones en las que vive.
Fue tiroteada por vender drogas y la vida le dio otra oportunidad
Yuleima hace dos años sufrió las consecuencias de sus propios actos cuando fue tiroteada por antisociales con quienes ella mantenía una deuda producto de la venta de sustancias ilícitas.
Al no tener el dinero para pagarles, los antisociales ajustaron las cuentas con Yuleima propinándole varios disparos en su pierna derecha y dejándola sin la posibilidad de caminar.
Caraota Digital, ingresó al humilde refugio, donde Yuleima vive con sus hijas y nos comentó los detalles de su historia y como la vida le dio una segunda oportunidad
Entre lágrimas Yuleima nos relató aquél fatídico suceso que representó una segunda oportunidad en su vida ya que según sus propias palabras, de haber continuado en el mal camino lo más probable es que hubiese terminado muerta y dejando a sus hijas huérfanas de madre.
Actualmente Yuleima vive en condiciones muy precarias, en su casa dese hace más de 8 años no llega el agua y no tiene cocina ni nevera por lo que se ve obligada a recorres las calles de Caracas con ayuda de sus hijas para buscar comida.
Para calentar la comida que recolecta en la calle Yuleima y sus hijas arriesgan sus vidas conectando un caracol eléctrico de forma directa a un enchufe que según Yuleima y sus hijas, les ha explotado en varias oportunidades.
Mis hermanas y yo comemos una sola vez al día
La hija menor de Yuleima quiere ser cantante y nos comentó que desea estudiar para salir de la pobreza y poder ayudar a su madre y hermanas quienes actualmente comen una sola vez al día, dependiendo de lo que consiguen en la calle.
''Nosotras nunca desayunamos y todos los días comemos lo que nos dan en la calle'' Mencionó la menor mientras recorríamos las calles del Guarataro.
La menor, nos relató con tristeza que muchas personas señalan y juzgan a su mama por su pasado, incluso se han burlado por la condición que padece. Sin embargo ella con sólo 10 años de edad asegura confiar en que su mama ha cambiado para mejor.