El caso de corrupción más sonado de América Latina, Odebrecht, no deja en paz a los presidentes peruanos de las últimas dos décadas. Desde Alejandro Toledo hasta Pedro Pablo Kuczynski, todos han salido empañados de esta trama que sigue salpicando a políticos de la región.
El primer acusado fue Alejandro Toledo, mandatario desde 2001 hasta 2006. Testigos de la empresa brasileña confesaron haber pagado 20 millones de dólares al exmandatario para obtener licitaciones en obras públicas, reseñó EFE.
A Toledo lo arrestaron este martes en Estados Unidos y se encuentra compareciendo ante la justicia norteamericana. “Esperemos que la extradición se cumpla en el menor plazo posible. Las autoridades tienen que dar la cara, cada quien debe hacerse responsable de sus actos y tener la valentía de enfrentar a la justicia”, dijo el actual presidente, Martín Vizcarra.
Alan García, presidente desde 2006 hasta 2011, es el que peor desenlace ha tenido. El exmandatario se suicidó dentro de su casa luego de verse acorralado por funcionarios policiales que lo buscarían para que compareciera ante la justicia peruana. Las investigaciones contra el político apuntaban a los delitos de lavado de activos y colusión agravada.
Ollanta Humala Tasso fue el sucesor de García. Su mandato fue desde 2011 hasta 2016. Este tampoco se salvó. Odebrecht le habría dado en el 2006, 400 mil dólares para su campaña presidencial. En este caso se vio involucrada también su esposa, Nadine Heredia, porque habría favorecido a la empresa en su cargo de primera dama.
El otro salpicado fue el expresidente Pedro Pablo Kucczynski (PPK), quien llegó al poder en 2016 y dos años después, en pleno mandato, fue despojado del cargo porque según la Fiscalía, como ministro de Economía durante el gobierno de Alejandro Toledo, PPK tomó decisiones directamente para establecer el marco legal que hiciera posible la ejecución de los proyectos de trasvase Olmos y la Interoceánica Sur.
Lo cierto es que, ninguno de los últimos cuatro ex mandatarios han salido ilesos de la trama de corrupción brasileña que salpicó a América Latina. El único que, hasta ahora, ha pasado por debajo de la mesa es el actual presidente Martín Vizcarra, quien tomó el poder por sucesión constitucional cuando era vicepresidente de PPK.