En las grandes ciudades de Europa se descubrió un peligro inminente que está generando molestia en los distintos poblados y se trata de la oruga procesionaria. Este bicho recorre cualquier supervicie en largas hileras buscando un sitio suave para enterrarse y transformarse en polilla.
Por lo general habita en la copa de los árboles pero, descienden de las alturas para realizar su proceso de metamorfosis.
Su cuerpo está cubierto de pelos que generan altos niveles de comezón y enrojecimiento de la piel. Incluso puede poner en riesgo la salud y la vida de las mascotas. Si un peludo se las come, la lengua se inflama hasta el punto de amputársela.
"Una oruga comida por un animal es perro muerto, la lengua se les inflama y se la tienen que cortar", indicó Jesús Escribano, jardinero municipal del Madrid. Asimismo, recalcó que una vecina de la mencionada ciudad, carga su perrita en brazos para evitar que coma al insecto.
Oruga procesionaria una plaga peligrosa
La oruga procesionaria del pino o como se le conoce científicamente: Thaumetopoea pityocampa, se alimenta de los pinos, cedros y abies o abeto. Esta especie abunda en bosques de Asia Menor, Europa del Sur, América del Sur y el Norte de África.
Esta plaga se ha extendido por las zonas urbanas haciendo difícil encontrar un sitio donde no estén rondando por las calles, aceras o terrenos. Pisarlas solo las esparce más y se corre el riesgo de que sus pelos toquen la piel.
Un menor de Madrid terminó con la cara llena ronchas al pasar sus manos por la cara, durante un juego de fútbol donde el balón tocó a esta criatura.
"Estaban jugando, pasó la pelota por encima, la cogió con los guantes de portero, lanzó la pelota y al ratito se tocó la cara. A los dos minutos ya vino diciéndome 'me pica muchísimo'", comentó su madre Jalis de Serna.
La procesionaria está proliferando debido al cambio climático y al incremento de la temperatura dónde habitualmente eran zonas frías. La oruga está anidando en la punta de los árboles acabando con los grandes bosques de Europa.