Erika Hilton se vio obligada a prostituirse para "sobrevivir". Es la mujer concejal más votada en las elecciones de Brasil, a sus 27 años.
Con 50.508 apoyos en la ciudad de Sao Paulo, la más poblada de Latinoamérica, Hilton afirmó en una entrevista a EFE que su victoria en la primera vuelta de las municipales del pasado 15 de octubre al "miedo" al "retroceso" tras la elección en 2018 del presidente Jair Bolsonaro, líder de la ultraderecha brasileña.
"Percibimos la necesidad de organizarnos políticamente para frenar el retroceso y la violencia que representa el proyecto político de extrema derecha y el fascismo que llegó a la presidencia de la República".
El acta la logró dentro de la lista del progresista Partido Socialismo y Libertad (PSOL), cuyo candidato, Guilherme Boulos, dio la sorpresa en Sao Paulo al cosechar el 20 % de los votos en la primera vuelta, lo que le permitió disputar este domingo la segunda ante el centro derechista y actual alcalde Bruno Covas.
La doble lucha de Erika Hilton
Nacida y criada en la humilde periferia de Sao Paulo, afrodescendiente y transexual, Hilton fue expulsada a los 14 años de casa por su madre, quien por aquel entonces estaba cegada por la "narrativa del odio fundamentalista" de la iglesia evangélica que frecuentaba.
"Viví mi adolescencia entera prostituyéndome para sobrevivir. Esa es la realidad de las mujeres trans. Todo eso fue combustible de lucha. Mis dolores sirvieron para que yo entendiese lo que es la violencia estructural y transformase el dolor en fuerza para resistir y luchar. No por mí, sino por todas".
Pero fue en las calles donde Hilton percibió la "urgencia" de convertirse en la "portavoz" de otras muchas mujeres que, al igual que ella, han sido víctimas de la "deshumanización", del racismo y la transofobia en un país que lidera el ránking de asesinatos a transgénero y donde cada 23 minutos muere un joven negro.
Tras varios años viviendo en la calle, su madre le reabrió las puertas de casa. Fue entonces, con "comida y techo", cuando decidió retomar los estudios y entrar en la Universidad. Allí comenzó su militancia "por el rescate de los derechos humanos" y se alzó como una "referencia de lucha" en Brasil.
En 2018 fue elegida diputada regional en el Parlamento de Sao Paulo gracias a una candidatura colectiva integrada por nueve mujeres y, una vez concluya su nuevo mandato como concejala, confía en poder llegar al Congreso brasileño para cambiar la "legislación y la propia Constitución".
"Mi elección representa una respuesta a todo ese odio y a esa negación de nuestros derechos. Estamos articuladas, buscando justicia social, equidad y no vamos a dar un paso atrás mientras nuestras vidas no importen, mientras no paren de matarnos por nuestra identidad de genero".
Porque -lamentó- "nos matan de las formas más violentas y brutales, con crueldad, por el hecho de ser quienes somos".
Brasil y una idiosincracia profundamente racista
Su elección, asegura, es también un paso más en la batalla contra el racismo estructural e institucional en un país de mayoría negra, pero "profundamente racista" y donde el 75 % de las víctimas de homicidio son negras.
"Brasil es un país profundamente racista que niega su racismo para mantener a la población negra en situación de deshumanización. Por eso es importante que ocupemos espacios y seamos portavoces de nuestras luchas y de nuestras propias denuncias".
Confira o vídeo da reportagem que fizemos especialmente para a TV Francesa @AFPBrasil France Présse e que foi traduzido para diversas línguas e países. Gostaram? pic.twitter.com/80wUEpXhVb
— ERIKA HILTON ft #Boulos50 (@ErikakHilton) November 26, 2020