La relación de los venezolanos con la tecnología es de larga data, tanto que llegó a ser, probablemente, la más fuerte en toda Latinoamérica. En el último año, y como un mecanismo de contención frente a los efectos de la pandemia, este interés creció.
El economista Luis Vicente León explica que el apoyo en la tecnología ha permitido, en primer lugar, soportar la incomunicación para estar conectados, ver a la familia y reunirse con los conocidos que quedaron separados geográficamente. Y, en segundo lugar, ha dado respuesta a los consumidores en un ambiente de restricciones y escasez.
La tecnología ganó preponderancia, de la misma manera que lo hicieron los alimentos producidos en el país. En ambos casos, se encontraron garantías de cercanía, dice León.
Desde el punto de vista de las empresas, la tecnología ha sido el soporte fundamental para mantener la productividad.
“Hubo una decisión de continuar atendiendo a su mercado como fuera, incluso con costos muy importantes. Empresas con problemas, con limitaciones, con líneas de producción ociosas, optaron por surfear las circunstancias y mantenerse”, señala el economista, al referir el ejemplo de Samsung CLX que, luego de un proceso de acuerdos y superación de una crisis anterior a la pandemia, se reinventó y utilizó su propia tecnología para quedarse en el mercado y llevar sus tiendas a la gente.
Las empresas pusieron a la disposición de la población programas que optimizaron tiempo y esfuerzo. Desde casa sabían a dónde podían ir a buscar lo que necesitaban o, otro proceso aprendido, podían pedirlo y recibirlo sin contratiempo.
Las empresas no se pueden plantear trabajar sin tecnología, asegura el también directivo de Datanálisis.
Ver esta publicación en Instagram