“Un kilo o dos de amor señora”: así se refieren a los alimentos y estos lo cambian por agua. Quienes lo hacen, son conductores de camiones cisternas y a quienes les toca caer en este tipo de trueque a los residentes de La Carucieña, comunidad ubicada al oeste de Barquisimeto, estado Lara, que tiene al menos cinco meses con problemas de agua.
Son siete sectores los afectados por la falta de agua, no solamente La Carucieña, según especifica Alcides Pérez, dirigente social de dicha comunidad. Explicó que desde hace un año, el vandalismo ha hecho de las suyas en la estación de bombeo de Titicare. Pero a raíz de los apagones de seis pozos que funcionaban, ahora lo hacen uno o dos. Ahora solo llega agua, y con poca presión, a los sectores bajos, mientras a los más altos que son la mayoría no llega pero ni una gota.
Pérez aseguró que en La Carucieña son 3.741 casas que existen, en las cuales el núcleo familiar más pequeño está conformado por tres personas, pero en total, son al menos 50 mil las familias afectadas.
A diario, sufren el calvario de no tener ni para cocinar, ni para bañarse. “Cuando llegan los cisternas cobran de 3 mil a 5 mil bolívares soberanos en efectivo, o un kilo o dos de comida para llenar una pipa de 200 litros, misma que alcanza para un máximo de dos días. Si quieren llenar un tanque de los azules de los que da el Gobierno que son de 900 a 1.000 litros el pago es de al menos 20 mil bolívares y un cisterna completo es incomprable o comemos o compramos agua”, expresó Pérez, quien además comenta que estos días de lluvia se han resuelto con esta agua.
El padre Raúl Herrera, párroco de la parroquia Jesús de Nazareno de La Carucieña, apoyando a los vecinos, indica que él también se ha visto afectado por el problema del agua, expuesto hace un mes ante la Hidrológica y no han dado respuesta. “Frente a eso, no nos queda otra alternativa que organizarnos y hacerle frente a través de denuncias sistemáticas a los entes del Estado, exigiendo que se responda a nuestro clamor, porque estamos hablando de vidas”, aseguró el padre Herrera.
Una representación de vecinos de La Carucieña se acercaron hasta la sede de la gobernación del estado para exigir una respuesta, pues ya habían introducido una carta para saber qué pasaba con la estación de bombeo de Titicare. Este miércoles los recibió el ingeniero Héctor Bravo, representante de Aguas de Lara y les aceptó la problemática al mismo tiempo que le indicó que se harían las reparaciones, pero los aparatos que habían llegado para ellos algunos eran de China y debían hacer adaptaciones para poder usarlos.
El dirigente social y el párroco de la comunidad son quienes estarán pendientes de los trabajos a realizarse por parte de Hidrolara, de no ser cumplidos tomarán acciones pacificas hasta que se solvente el problema.