Lunes 08, de junio del 2020, comenzó la primera semana de cuarentena del Plan de Flexibilización Siete por Siete para evitar la propagación del coronavirus decretado por el régimen de Nicolás Maduro.
Los varguenses circulan por las calles de la parroquia Catia La Mar, a las 7:00 a.m, como si nada sucediera, eso sí, todos llevan tapabocas. Algunos de tela, otros comunes que pueden ser adquiridos en farmacias. Como si no hubiese ninguna pandemia en el país, aunque seguramente muchos salen a trabajar o a buscar alimento y sustento para sus familias.
Siendo tan temprano, muchos comercios de la Av. La Atlántida aún estaban cerrados, con la excepción de farmacias, panaderías, entre otros comercios de comida; los cuales tenían una multitud de clientes esperando para ingresar a los locales.
Las paradas estaban repletas y los autobuses escaseaban, aunque durante el fin de semana las estaciones de servicio estaban llenas de vehículos para surtir de combustible. Esta mañana, las mismas no tenían cola, pero estaban activas otorgando el nuevo vital líquido de los venezolanos.
7:20 a.m. No habían las típicas alcabalas en los puntos de control acostumbrados por la Policía Nacional Bolivariana (PNB) o la Policía de Vargas, previos a la cuarentena, por ejemplo: en el semáforo de Weekend; en la parada de Barrio Aeropuerto o entrando a la vía del aeropuerto con sentido a Catia La Mar.
Sin embargo, la mayor concentración de funcionarios estaba cerca del distribuidor El Trebol. Sí, en el antiguo peaje de la autopista Caracas - La Guaira.
A pocos metros de la entrada a la autopista, para aquellos que viven en el lado oeste del Estado La Guaira, se entraba en la cola para llegar al antiguo peaje, "conocido popularmente, como el 171". Los vehículos rodaban poco a poco en los únicos dos canales permitidos para pasar el control de vigilancia.
"Nadie se atrevía a cambiarse de canal, quizá por temor a que no les permitieran el paso".
A medio camino, un poco más adelante del Hotel Eurobuilding, estaba una comisión de la PNB, todos con sus motos estacionadas a un lado de los cinco canales de la autopista. Llegando al peaje, a un lado de la vía, había un vendedor de café con chaleco naranja, sentado en un banquito de plástico.
"Era el único comerciante en toda la cola. Siempre que hay tráfico, suele haber dos o tres personas vendiendo conservas de coco o algún otro aperitivo".
Estando cerca del primer control de la Guardia Nacional Bolivariana, las motos de los distintos funcionarios del Estado rondan los alrededores de la alcabala, subiendo y bajando, como si fuera un ejercicio de rutina.
Dos militares, uno por carril, detienen a los chóferes para hacer la revisión de seguridad: tapabocas, cinturón de seguridad. Algunos saludan con la mano, otros dicen los acostumbrados: "buenos días", y avanzan cuando el funcionario, con la mano, hace una seña para seguir la marcha.
El vehículo que está adelante, una camioneta Chrysler, de color negro y vidrios ahumados y muy oscuros, avanza sin casi detenerse, cuando el funcionario realiza el saludo marcial.
El soldado baja la mano, en señal de alto: "buenos días, ¿tiene salvoconducto?", dijo. "Buen día, no tenemos".
A lo que el militar con el ceño fruncido responde: "estamos en cuarentena, esta semana corresponde el resguardo de todos los ciudadanos, con excepción de quienes posean un salvoconducto, según el decreto del Plan de Flexibilización Siete por Siete, decretado por nuestro comandante Nicolás Maduro. Tome el desvío y vuelva a su casa".
12:00 p.m. Durante toda la mañana los varguenses intentaron cruzar a Caracas, la mayoría sin éxito, incluso se supo que tampoco había paso entre parroquias. Funcionarios en las fronteras de un sector a otro del Estado La Guaira, impedían el paso de los carros generando tráfico y descontrol de la vía.