Fue diagnosticada el pasado primero de marzo como paciente positiva para COVID-19 en la Sanidad de La Guaira. Sus síntomas fueron gripe común, resfriado, así como pérdida de olfato y gusto. Pero no por eso dejó de sentir miedo y temor por ella y su familia.
Así es la historia de Yliana Ortiz, madre de dos niñas, quien sin duda se considera afortunada no solo por los síntomas leves, sino también porque logró hacerse la prueba del hisopado nasal en la Sanidad guaireña, donde además recibió el tratamiento de manera gratuita e inmediata.
“Se controló a mi grupo familiar, quienes resultaron negativos. Yo estuve en aislamiento por más de tres semanas y ya estoy fuera de peligro”, contó.
Sin embargo, explicó que las secuelas quedan, al igual del temor a que se repita la enfermedad. “Hay temor por la alta cantidad de casos que hay en el país. Fui una afortunada porque recibí apoyo de inmediato, y no fue grave”.
Reconoció que aunque los síntomas fueron fáciles de llevar, conoció de muchas personas cercanas que han perdido la batalla contra el virus.
“Me preocupa y me sigue preocupando la inconciencia de la gente de estar en la calle; me sigue preocupando la inconciencia de no hacer uso del tapabocas y de no mantener el distanciamiento social”, señaló como los aspectos que le inquietan.
Esta sobreviviente del COVID-19, quien además es defensora a ultranza de los derechos de los animales, aprovechó de hacerle un mensaje a la colectividad: “A que se cuiden. Si no tienen que salir quédense en su casa. Esto no es una enfermedad fácil”.
Dijo que aunque a ella le tocó fácil, tiene mucha gente cercana que ha fallecido.
“A muchos se les está muriendo su familia de COVID-19. No a todos nos da igual. Es una enfermedad que se va consumiendo y nos está consumiendo a todos”.
Reiteró que el llamado es a que se queden en casa y si necesitan salir deben usar el tapabocas. “El tapabocas no es un accesorio, es un salvavidas en este momento”.