El miedo a perder el empleo obligó a muchas enfermeras del hospital de niños a quedarse puertas adentro. Otras como Bertha Saenz se plantaron en la avenida Vollmer a reclamar mejores condiciones laborales y medicinas para que la muerte abandone los pasillos de un hospital que fue modelo en atención pediátrica y hoy está en ruinas.
Esta enfermera ha vivido y padecido la desmejora del centro médico por 5 años. Admite con dolor que el hambre tocó a su puerta y entró y que a veces logra comer 2 cucharadas de arroz y solo 2 de caraotas que ya ronda 40 mil bolívares el kilo, equivalente a lo que cobra por su labor al mes.
“Es muy triste esta situación. En las noches pienso que no merecemos esto. Que merecemos un cambio y estar mejor”.
En nuestra conversación nos dijo que no tiene hijos pero que sus sobrinos y madre dependen de ella. Confesó también que como muchas de sus compañeras ha sacrificado su comida para dársela a los más pequeños.
Cada rincón del J. M. De los Ríos esconde las penurias del personal y los pacientes, quienes sufren sin excepción la crisis. Una emergencia que se ha robado la vida de 9 niños sólo del servicio de Nefrología en lo que va de 2019 y que a pesar de tener medidas cautelares de la CIDH sigue sin ser atendido por el despacho de salud.
El llanto de una enfermera está a flor de piel. No pueden ejercer su profesión como juraron al momento de escoger ser enfermeras. En sus casas tampoco hay agua ni comida. Es un escenario que se repite también en el hospital.
Flor María Pérez hizo una pancarta con billetes que no valen nada, dinero que cobra mensualmente y se hace simbólico al estar frente a un paquete de harina o un cartón de huevos porque no le alcanza.
Llora al recordarse caminando junto a su hijo y negarle una salsa que vio en un abasto. “No tengo dinero, es fuerte pero ni para comer tenemos, mucho menos para comprarle un pantalón para el colegio”.
Las cuentas no dan. Su pequeño con síndrome de Down, necesita un pantalón para sustituir el que tiene que le queda corto y no puede comprarlo.
A pesar de la situación hoy protestaron y continuarán alzando su voz para lograr mejores condiciones laborales