Juan Guaidó pasó en 2019 de ser un político prácticamente desconocido a convertirse en el gran aglutinador de la oposición contra Nicolás Maduro, con reconocimiento de gobiernos como el de Trump, quien lo recibió en la Casa Blanca.
Por meses fue insinuada una intervención militar, quimera a la que los venezolanos más radicales se aferraron, culpando después a Guaidó cuando no se concretó.
“Nadie ofrece una acción militar, ni como primera, ni como segunda, ni como tercera (opción), pero se hablaron de las opciones sobre la mesa, entendiendo la naturaleza criminal de Nicolás Maduro”, expresa el dirigente, subrayando las acusaciones de narcotráfico contra el mandatario venezolano en Estados Unidos, así como las numerosas denuncias de violaciones de derechos humanos.
Ahora Guaidó dice haber hecho acercamientos con Biden a través de congresistas para conservar “apoyo bipartidista” de demócratas y republicanos. Aún no ha conversado directamente con el Presidente electo o su equipo.
Asesores de Biden, en tanto, han dicho que explorarán contactos directos con Maduro.
“Sería una tragedia”. No tengamos duda que en ocasiones la comunidad internacional (caería) en la tentación de, por vía de los hechos, entenderse con el dictador (…). ¿Cuál es el incentivo del dictador de turno (para dejar el poder) si él sabe que (…) se le va a reconocer? Ninguno”, sentenció Guaidó.