La economía venezolana sufre desde finales de 2018 un feroz recorte de los créditos bancarios, la cual es una medida del Banco Central de Venezuela (BCV) con la finalidad de disminuir los préstamos para la compra y venta de divisas, reseñó Infobae.
El BCV en octubre de 2018 incrementó en seis oportunidades la proposición de los depósitos que las entidades financieras no pueden prestar y deben almacenar como reservas.
Los bancos han disminuido drásticamente el financiamiento a quienes quieren “protegerse comprando dólares”, en vista de que disponen de menos fondos para prestar.
“Desde hace cinco meses el banco no me aumenta el límite de mi tarjeta de crédito y como todo sube de precio ya prácticamente no me sirve para nada: antes podía pagar la compra del supermercado y ahora apenas me alcanza para el estacionamiento”, dijo la abogada Soledad Noguera a Indobae.
La firma Global Scope precisa que en mayo de 2018 los bancos prestaban el 48% de los depósitos y en mayo de este año tan solo 17%.
La obligación de inmovilizar los depósitos genera iliquidez en un sector de la banca venezolana. Las entidades financieras que se quedan sin suficientes fondos para cubrir sus operaciones recurren al mercado interbancario, donde los bancos se prestan unos a otros.