El 23 de febrero le cambió la vida a Moisés Cordero. Él, cómo muchos jóvenes en el país, estaba exigiendo el ingreso de la ayuda humanitaria, cuando desde la 41 Brigada Blindada de Carabobo comenzó una fuerte represión en la que resultó herido en su ojo derecho por un impacto de arma de fuego que hizo que perdiera la visión. Para él no ha sido fácil, y sabe que para Rufo Chacón tampoco lo es, pero, pese a todo le dijo: lo importante es estar vivos, tenemos que seguir luchando.
«A pesar de que intentaron callarnos de la peor forma y de que nos cierren puertas de esa manera tan brutal, podemos seguir adelante».
Para él, los cuerpos de seguridad del régimen violan los derechos humanos de quienes simplemente exigen vivir en libertad. «Su principal función es cuidar a los ciudadanos, velar por ellos y no incurrir en los delitos que cometen solo por defender un partido político o una institución».
Cordero logró retomar sus estudios en la Universidad de Carabobo tras una cirugía en la que le colocaron una prótesis estética en su ojo derecho. No tiene miedo, por el contrario, se ha sumado a la lucha por la defensa de los derechos humanos desde la organización Un Mundo Sin Mordazas.
Juan Simón Ávila es coordinador regional de esa institución y aseguró que harán todo lo que sea necesario para que los responsables de la tragedia que viven jóvenes como Cordero y Rufo, paguen por lo que hicieron.
«Hoy damos un paso adelante porque si Rufo Chacón se quiere morir eso es responsabilidad de Nicolas Maduro y su régimen, y por eso vamos a elevar su caso y el de Cordero ante la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos».