En la Comunidad Penitenciaria Fénix, en el estado Lara, los presos se mueren en el olvido del Estado. En lo que va del 2020 al menos seis reclusos han fallecido por desnutrición y enfermedades crónicas.
El silencio del Ministerio de Asuntos Penitenciarios es preocupante. Pareciera una política de Estado dejar que los presos mueran sin atención ni cuidado.
La directora del Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP), Carolina Girón, denunció que en todo el sistema carcelario del país se vulneran los derechos humanos de los presos, y ante las denuncias hechas por la organización, la respuesta del estado es ignorar esa realidad.
En el transcurso de enero y febrero murieron seis presos solo en Fénix-Lara, situación que resulta similar a la del año 2019 para la misma fecha, cuando los presos sucumbían ante la proliferación de una bacteria.
En la actualidad los presos de este penal larense sucumben ante enfermedades como la tuberculosis, hepatitis, VIH-Sida, entre otras, situación que se agrava considerablemente por la falta de alimentos y tratamiento médico.
Fuentes internas de ese centro penitenciario aseguraron que a los reclusos no se les da alimentos y hay muchos que son de otras regiones y sus familiares no tienen como llevarles comida.
Uno de los fallecidos fue identificado como Vicente Ramón. Él no era de Lara y su familia lo visitaba desde el estado Aragua, pero el costo del traslado era una limitante para que pudieran verlo con frecuencia.
La víctima sufría de diabetes, pero no recibía tratamiento, lo que aunado a la mala alimentación hicieron que no lograra recuperarse. En ese sentido, sus familiares denunciaron que en el penal sabían que estaba muriendo y lo que hacían era darle agua con sal.
Sobre su muerte, la cual fue reportada el 10 de febrero, sus familiares se enteraron por una publicación en Facebook de un medio local, inmediatamente se comunicaron con otros presos en
el penal y fueron ellos quienes les confirmaron la trágica noticia.
Según pudo constatar el equipo de OVP en la morgue del Hospital Antonio María Pineda, el cuerpo de Vicente Ramón estaba visiblemente desnutrido, incluso se le observaban las costillas aferradas a la piel descompuesta por el cuadro de desnutrición severa que padecía.