Oxidadas, olvidadas y dañadas. Así se encuentran las máquinas que hace 10 años se mantenían encendidas y produciendo en los campos del sur y norte del estado Carabobo. En 2006 se lograba cosechar 300 mil toneladas de caña de azúcar, pero se redujo este año en 86 %, al solo poderse moler 42 mil toneladas.
Se trata de una crisis nacida desde las políticas erradas del régimen de Nicolás Maduro que ocasionó la caída del sector de forma paulatina hasta el punto más crítico que se vive en la actualidad, de acuerdo a Eugenio Rodríguez, representante de Carabobo en la Federación de Asociaciones de Cañicultures de Venezuela (Fesoca).
"Estamos muy mal por la escasez de los insumos, no tenemos ningún tipo de capacidad y en nuestro caso el precio que nos pagan no es el justo. También tenemos falta de personal y robos que nos han hecho en la finca", dijo Rodríguez.
Las cifras nacionales tampoco son alentadoras. El año pasado entraron a molerse en los centrales azucareros 300 mil toneladas de caña y en la presente zafra solo se lograrán cosechar dos millones 400 mil, que es el número de producción de 1962, lo que significa un atraso de 57 años.
En Carabobo esto ha significado que de más de 160 productores que existían, solo queden 20 a la espera de cambios políticos y económicos que les permitan trabajar. "Los que aún quedan lo hacen porque tienen otros negocios para subsistir no hay otra manera de hacerlo", añadió el representante de Fesoca.
El precio regulado es otro factor determinante en esta crisis. El establecido por el régimen es de 4.100 bolívares el kilo y debería ser de Bs. 7.500, según al acuerdo al que se llegó en las mesas de trabajo con factores de Maduro en el que se fijo que sería de entre 0,70 y 0,90 céntimos de dólar.
A todo este drama, se suma que de los 11 centrales azucareros que están en manos del régimen, solo 8% de la caña de azúcar que se procesa en el país se hace en los centrales azucareros del estado. El resto corresponde a empresas privadas, lo que revela otro fracaso más de las políticas implementadas.
La zafra regularmente arranca en noviembre y diciembre. A medida que se va cosechando también se adecua el terreno nuevamente para iniciar la siembra del próximo ciclo cuya duración es de un año. Hay un período entre mayo y julio, donde se da el semillero de las cañas que servirán para la siembra venidera. Rodríguez destacó que hay hectáreas que tienen hasta 15 años sin ser poder resembradas por el costo que esto implica.
En Carabobo se siembra caña en dos zonas. En el sur, mejor conocido como Campos de Tacarigua, que agrupa los municipios Carlos Arvelo, Los Guayos y la parroquia Rafael Urdaneta, la situación de los productores es cada vez más difícil. Sin rentabilidad es cada vez mayor el número de personas que abandonan la agricultura, mientras que en el norte (Mariara, Guacara, San Joaquín), los trabajadores del campo tienen mejor margen de maniobra, ya que por su cercanía con el Lago de Valencia pueden alternar la cañicultura con otras siembras como cambur y hortalizas.