El drama es cada vez mayor. Parece que todo está en contra de la labor del gremio de la salud en Carabobo, justo cuando los casos de COVID-19 están en ascenso.
El personal sanitario la está pasando muy mal. La solución a las reiteradas denuncias y peticiones de equipo de protección personal (EPP) fue una dotación de trajes de bioseguridad de una calidad que afecta en gran medida su salud.
“El overol que nos dieron es de plástico y ocasiona altas temperaturas en el cuerpo, lo que causa un nivel de deshidratación por el que muchos enfermeros se han desmayado durante sus guardias”, alertó muy preocupada la integrante de la junta directiva del Colegio de Enfermería, Carmen Álvarez.
A esto se suma que ese implemento solo llegó a los principales hospitales de la región, mientras que en los ambulatorios, donde se atienden también a pacientes con COVID-19, no hay EPP para el personal. “Simplemente les dicen que para ellos no hay equipos y se los niegan”.
Julio García, presidente del Colegio de Enfermería de Carabobo aseguró que en la entidad son más de 100 ambulatorios y de 17 hospitales los que existen y no a todos se les da el mismo tratamiento.
“Queremos que la misma dotación que hay en la CHET exista en el Hospital Carabobo, en el Simón Bolívar, el hospital de Güige, de Bejuma. No hay igualdad en las condiciones de atención¨”.
Insistió que a estos centros llegan pacientes diagnosticados con COVID-19. “Hay unas áreas de aislamiento y efectivamente nosotros queremos que se mantengan las condiciones en los mismos términos y que exista un equilibrio en la distribución de los diferentes materiales, equipos y medicamentos”.
No hay pruebas para los enfermeros
Pero eso no es todo. Álvarez denunció que también le niegan la aplicación de pruebas rápidas al personal que tiene contacto directo con pacientes con coronavirus, aunque algunos ya presenten síntomas claros.
Todo esto ha sumado para que el déficit del personal se incremente. En las Unidades de Cuidados Intensivos debe contarse con un enfermero por cada paciente, en cuidados intermedios con uno para cuatro, en hospitalización uno para ocho enfermos.
“Nosotros hemos recibido reportes donde hay espacios completos de 30 y 40 pacientes donde apenas llegan dos enfermeras. Esa es una situación que se tiene que revisar”, dijo García.
Al inicio de la pandemia el déficit de personal era de 60%, pero en la actualidad esto se ha complicado y agravado, producto de las prácticas anti laborales. “Necesitamos corregir esa situación. El déficit se ve con mayor preocupación en las áreas COVID-19, pero en los diferentes hospitales las enfermeras se han ido porque no contamos con salario ni recursos suficientes”.
En Carabobo ya hay dos enfermeras que han fallecido por la enfermedad. Ambas en Puerto Cabello. El 7 de septiembre murió Norka Rojas, en una de las 24 camas instaladas en el área de aislamiento de pacientes con coronavirus de Hospital Adolfo Prince Lara. Mientras que Yaquelín Reyna falleció el 23 de septiembre, quien trabajaba en el hospital tipo I del Instituto Carabobeño para la Salud (Insalud), en el municipio Juan José Mora, y residía en Puerto Cabello.