La cena navideña era una tradición entre las familias venezolanas, las hallacas, la ensalada de gallina, el pernil y el pan de jamón engalanaban las mesas durante las festividades decembrinas; sin embargo, hay muchas razones por las que se han ido reduciendo esos momentos, encabezadas por una gran crisis económica, desde hace más de un lustro, que ha propiciado una migración sin precedentes, la cual se estima en más de 5 millones, según cifras ofrecidas por la Acnur y la OIM.
La caída del más del 50% del PIB entre 2013 y 2019, generó una hiperinflación que lleva más de dos años y conduce los precios a un aumento en su valor, practicamente todos los días.
El pernil siempre ha sido un producto con un alto costo y era un esfuerzo familiar que se llevaba a cabo en épocas navideñas para compartir una cena digna de una celebración tan importante.
Núcleos familiares separados y bajo poder adquisitivo
Las familias disminuidas por la migración y con unas finanzas maltratadas por la crisis han ido cediendo espacio en cuanto a celebraciones se refiere. No hay mucho que festejar para aquellos que tienen sus seres queridos en la lejanía.
Además el alto costo del pernil lo hace casi inalcanzable para la mayoría de los bolsillos venezolanos; y aquellos que han recibido hasta el momento los perniles del régimen, unos han manifestado descontento por el tamaño (algunos han recibido solo un hueso) y otros han asegurado haberlo recibido descompuesto. Las fotos de los perniles verdes inundan las redes.
Escasez
Otro de los problemas que se ha vuelto común en los últimos años es la escasez de pernil en la temporada decembrina. Basta con recordar el 2019, cuando el régimen tomó toda la producción nacional para hacerlos llegar a través de los clap. Hubo en ese momento también incontables quejas de las porciones recibidas, por lo que se ausentó de un buen número de las mesas navideñas.
Aunque las restricciones para las importaciones se han venido relajando, 2020 ha sido un año marcado por la pandemia, lo que impacta directamente en la cantidad adquirida por los comercios que no tienen suficiente circulante para reponer la mercancía, traduciéndose en una reducción importante de la oferta que puede generar escasez los días previos a las festividades.
El ingenio y la solidaridad
En estos difíciles momentos crece la solidaridad entre los venezolanos que tratan de unidos superar la adversidad. También el ingenio para sustituir el tradicional pernil con un pollo al horno o hasta con cualquier cosa que haya en la alacena.
En años anteriores se ha visto que familias separadas de sus seres queridos buscan refugio en amigos con quienes pasar estas fechas. Se veían las grandes reuniones pero también las luces apagadas en muchos hogares que también migran, pero en lo interno, hacia otras casas que le han abierto las puertas.
Aunque se ausente el pernil en la mesa, no debe faltar esa empatía hacia el prójimo, la cual refleja la buena voluntad de las personas que es lo realmente importante del espíritu navideño.