Biagio Pilieri Diputado
La consulta ciudadana convocada bajo el lema "El pueblo decide", conocida como plebiscito nacional de Venezuela de 2017, fue aprobada por la Asamblea Nacional a petición y exigencia de un gran movimiento nacional ciudadano que venía reclamando su realización, la cual se celebró el 16 de julio de ese año. Este ejercicio democrático, en respuesta a la peor crisis estructural que padece el país en los últimos 200 años, se enmarcó en un acto de desobediencia civil promovido por la necesidad y el derecho que también nos permiten los artículos 333 y 350 de la Constitución venezolana, desconociendo para esa fecha al Consejo Nacional Electoral y al Tribunal Supremo de Justicia, ambos elegidos de espalda a la ley y a la Constitución. Este esfuerzo ciudadano buscó el rescate inmediato del hilo constitucional.
La consulta, a la que acudieron más de 7.5 millones de venezolanos, contempló las siguientes preguntas:
¿Rechaza y desconoce la realización de una Constituyente propuesta por Nicolás Maduro sin la aprobación previa del pueblo venezolano? La respuesta afirmativa obtuvo 98,64 % del total de los votos.
¿Demanda a la Fuerza Armada Nacional y a todo funcionario público obedecer y defender la Constitución del año 1999 y respaldar las decisiones de la Asamblea Nacional? 98.82 % contestó afirmativamente.
¿Aprueba que se proceda a la renovación de los poderes públicos de acuerdo a lo establecido en la Constitución, y a la realización de elecciones libres y transparentes, así como la conformación de un gobierno de unión nacional para restituir el orden constitucional? 98.93 % dijo sí a este planteamiento.
Frente a este clamor popular, y ante la falta de acciones políticas para darle cumplimiento a ese claro, contundente e inequívoco mandato popular, y ante el temor de que un sector de la coalición opositora del país desviara o retrasara los cambios exigidos por la ciudadanía, se creó en el seno de la Asamblea Nacional la Fracción 16 de julio a fin de ser celosos guardianes de ese mandato soberano.
Este martes se cumplen dos años de ese vital evento y, lamentablemente, ninguno de los puntos propuestos han sido alcanzados pues, aunque sin eco internacional y a la fuerza, la Asamblea Nacional Constituyente continúa usurpando funciones. La institucionalidad del Estado sigue secuestrada por el régimen, utilizando las riquezas de la nación y la fuerza de una élite militar y civil de espaldas al pueblo y a todo lo que significa la venezolanidad. Del mismo modo, la renovación de los poderes públicos también se encuentra en mora. Los poderes nombrados conforme a la Constitución se encuentran atados de manos, expatriados de facto como sucede con el TSJ Legítimo; y los otros sumisos al régimen usurpador, con la excepción de la Asamblea Nacional.
Dos años después el país continúa un rumbo incierto, solo útil para quienes, escudados fraudulentamente tras las instituciones, recursos y armas de la república, obran para intereses propios, sacrificando a toda la nación. Dos años después continúa la incesante lucha, que involucra al mundo entero, dura lucha contra un régimen criminal y atroz que genera duras consecuencias al pueblo, lucha inspirada en los verdaderos idearios de Bolívar, de Miranda, de Sucre, padres de la patria que dieron sus vidas y todas sus posesiones materiales para evitar que se repitiese exactamente lo que ocurre en esta Venezuela desnaturalizada, desdibujada, invadida.
Dos años después, la Fracción 16 de julio, acompañada de alianzas políticas y ciudadanas como Soy Venezuela, reivindica su firme posición de no descansar hasta que la decisión del pueblo venezolano plasmada en ese solemne acto, se materialice en hechos concretos y retorne la libertad y la democracia a esta nación, cuna de la independencia de todo un continente. Queda mucho por hacer, pero inspirados en la voluntad de un pueblo que nos hizo parlamentarios nacionales, reimpulsados por el mandato popular de ese 16 de julio, continuaremos nuestra incesante lucha por nuestra querida Venezuela, lucha que, no tengamos dudas, ganaremos transitando la firme y decidida ruta del coraje.
¡No hay vuelta atrás Venezuela!
¡Vamos con todo!