Por Andrés Velásquez
Desde hace años se habla y se sabe sobre la sistemática violación de DDHH en Venezuela. Ya la OEA había advertido del drama que vivimos. Luego el informe de la Alta Comisionada para los DDHH, Michelle Bachelet, seguía advirtiendo lo que ocurría puertas adentro en Venezuela, pero ahora todo queda a la luz del día con las devastadoras revelaciones del informe de la Misión de Determinación o establecimiento de Hechos del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
Lo descrito por esta misión independiente conformada por técnicos, investigadores y expertos en este informe sobre torturas hiela la sangre. La descripción de cada caso documentado es demoledor, aterrador:asfixia con bolsas plásticas, descargas eléctricas en genitales, violaciones sexuales, palizas, crucifixión, mutilaciones, golpes con bates y otros objetos contundentes, sumergirte hasta ahogarte en agua y sustancias químicas, estos entre otros métodos indescriptibles de tortura son los que sistemáticamente aplica el régimen de Maduro, a quienes son secuestrados y llevados a sus mazmorras y salas de terror.
En el informe queda establecido adicionalmente, que Maduro, Reverol, Padrino López, fiscales, jueces, funcionarios del Sebin y Dgcim, también con nombres y apellidos serían los responsables ya no solo de escalofriantes violaciones a los derechos humanos en Venezuela, sino serían coautores y ejecutores de crímenes de lesa humanidad, que no prescriben y que podrían ser procesados ante la justicia internacional, por la demolición institucional que arrastra el país por cuenta de esta dictadura que disolvió la justicia, la colocó como apéndice de su estructura criminal, destruyo los poderes públicos y acabó con cualquier rasgo de institucionalidad, al punto que esta misión no dudó en responsabilizarlos de estar incursos en estos delitos y por tanto, sujetos a ser llevados y juzgados ante la CPI.
Hoy más que nunca, conocer esa realidad nos impone salir de esta tiranía, ya el mundo conoce de esta cruel e inhumana situación y hay que actuar.
Pero el drama que vive el país no estaría completo si nos detenemos solo en la descripción del horror que describe el informe del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, ampliando el panorama más allá de lo descrito como tratos crueles e inhumanos, nos encontraremos con una Venezuela en ruinas, empobrecida, donde la gente con suerte come una vez al día, donde tienes que cocinar con leña porque no hay gas, donde no puedes desplazarte porque no hay gasolina, vives con racionamiento eléctrico de apagón en apagón, con niveles de desempleo jamás vistos, con salarios miserables de menos de 2 dólares mensuales, viviendo bajo el permanente chantaje y extorsión política mediante la entrega de una bolsa de alimentos, sin agua, sin transporte público, sin seguridad, sin salud, sin derecho a la vida.
Toda esta situación representa otra forma de sufrimiento, de tortura que aplica la dictadura para el sometimiento del país mediante controles sociales que también representan agresiones a la dignidad humana. En fin, el sufrimiento que se vive en Venezuela es intolerable y sumado a lo revelado por este desolador informe de la ONU, sobre violación de DDHH, y crímenes de Iesa humanidad, pudiéramos decir que Venezuela toda es una cámara de tortura para los venezolanos.
Es literalmente, el infierno.
No podemos seguir bajo este sistema de horror que impuso Maduro y todos sus cómplices. Ya no se trata de un deber ciudadano mediante mandato constitucional (art. 333), si no que estamos humanamente obligados a ponerle fin a esta tragedia que hoy vive el pueblo venezolano y para lo cual requerimos del más firme esfuerzo unificado de todos nuestros compatriotas dentro o fuera del país y de todo el apoyo de la comunidad internacional. Los venezolanos ya no podemos esperar ¡SOS!