Esta leucemia que padece la economía venezolana se llama inflación y, dada su avanzada fase, el diagnóstico es de extrema gravedad: hiperinflación.
Para mantener el organismo vivo, se le están aplicando transfusiones de dólares, pero la raíz misma del mal no está siendo atacada. Por el contrario, se está dolarizando de facto el, consumo pero no los ingresos. Mientras tanto el BCV sigue inyectando bolívares propiciando por esta vía tanto la hiperinflación como la devaluación. Quienes no tienen acceso a dólares son las grandes víctimas de este mecanismo perverso.
La causa de este cáncer devastador es que el corazón económico, el BCV, está emitiendo y bombeando por todo el torrente monetario cantidades extravagantes de un dinero anómalo. Se trata de un dinero que ha perdido su valor y que, en forma de metástasis, está difundiendo sus células cancerígenas por todo el organismo.
Veamos lo que está ocurriendo: violando expresas disposiciones establecidas en el Art. 320 de la Constitución, el régimen está obligando al BCV a cubrir su creciente déficit fiscal mediante la emisión de un dinero anómalo que los economistas solíamos llamar inorgánico, un dinero que no tiene respaldo y que por tanto va perdiendo las funciones que son propias de una moneda. Es el equivalente a que la médula ósea estuviese produciendo leucocitos anormales.
En los últimos 30 días nuestro signo monetario, el bolívar, se ha depreciado en casi un 100%. A finales de octubre la cotización del dólar era del orden de los Bs 540.000 (hace un año era de unos Bs 25.900). Esta semana, en el llamado mercado paralelo, se rompió el techo del millón de bolívares por dólar.
La causa es clara. Esos excedentes de “dinero anómalo” están alimentando la hiperinflación. Hay demasiados bolívares (digitales) tratando de comprar pocos bienes y el precio de esos bienes, incluyendo el dólar, se está disparando. Así, la devaluación también está retroalimentando la hiperinflación, la cual se agudizará cuando se trasladen a los precios los nuevos impuestos que el régimen quiere aplicar a las transacciones financieras en dólares.
En medio de una contracción económica sin precedentes (según el FMI Venezuela padece la mayor hiperinflación del planeta y la mayor caída del PIB en el mundo con la sola excepción de Libia) y sin ingresos petroleros “formales”, el régimen ya no es capaz de generar los ingresos requeridos para cubrir el gasto público y por tanto le exige al BCV financiar su déficit fiscal mediante la emisión de un dinero enfermo. La economía venezolana está agonizando.
El dinero que el BCV, está emitiendo y bombeando por todo el torrente monetario en cantidades extravagantes ha perdido su valor y, en forma de metástasis, está difundiendo sus células cancerígenas por todo el organismo.
En los últimos 6 meses la liquidez monetaria aumentó 236% y sólo en las 2 primeras semanas de noviembre se incrementó en 21% para pagar aguinaldos y bonos. La base monetaria aumentó en una sola semana en casi un 30% debido fundamentalmente al financiamiento del BCV a PDVSA. Se trata de inyectar todo el dinero posible al sistema para crear una ilusión de bonanza antes de las elecciones parlamentarias que el régimen está convocando para el 6 de diciembre. La resaca hiperinflación aria será brutal.