Marián Valero Actriz y animadora
«Es la compasión y el respeto hacia los animales y la Naturaleza lo que nos
hace humanos de verdad»
Albert Schweitzer
La mejor medicina no siempre sale de algún frasquito blanco. Mi mejor medicina tiene los ojos aguarapaos, una mezcla de miel con papelón, y esos son los ojitos de mis perros. El compañerismo, la solidaridad y el amor que existe en esos seres de luz, hacen que todos los días me salven el alma.
Esos peluditos - y seguramente el tuyo - que esperan con ansias que llegues a tu casa, también te ha salvado a ti. Literalmente, salvan la vida de su «humano» porque llegan a nuestra existencia en el instante más necesitado, en el momento más complejo, ahí donde la cercanía de ese pequeño ser nos regala un afecto desinteresado capaz de despertarnos de nuestras tristezas, de nuestros miedos y soledades y llenarnos de una alegría jamás imaginada. ¿O me equivoco?
Hay otros que han dedicado su tiempo a salvar vidas, textualmente. Son historias de esperanza que muestran el poder de los canes para ayudar a los humanos y podríamos contar miles de ellas. Sin embargo, queremos ahondar en una muy especial, mejor dicho en dos historias que se juntan a través del amor. Tal es el caso de Frida, que este 24 de junio se retiró de lo que fue su trabajo a tiempo completo como rescatista. Esta perrita de raza labrador deja tras de sí un balance contundente. Durante su trayectoria ayudó a localizar a más de 50 personas, 12 de ellas con vida. Trabajó en las labores de rescate en los terremotos de Haití y Ecuador, en 2010 y 2016, respectivamente, y en los dos sismos que sacudieron México el 7 y 19 de septiembre de 2017, causando la muerte a más de 400 personas.
En medio de esas tragedias, las imágenes de Frida en plena acción se volvieron virales e inspiraron a muchos a seguir con las acciones de búsqueda. Mientras el humano se desvanecía por el dolor, Frida, por su parte, se entusiasmaba buscando humanos para salvar.
El 24 de junio se celebra el Día del Rescatista y con honores la perrita más querida de México se jubila a la edad de 10 años y dos meses al servicio de la Marina de su país. En un acto solemne, y entre aplausos y lágrimas, el subsecretario de Marina, almirante Eduardo Redondo Arámburo, le entregó a Frida un juguete (una pelota naranja) simbolizando con ello el comienzo de su nueva vida.
Al ver fotos de Frida, disfrutar de la estatua que se erigió en el estado de Puebla en honor a su labor y leer información sobre sus hazañas, me vinieron a la mente imágenes de Orión en la Tragedia de Vargas, salvando vidas y solo por instinto (Orión no fue un perro entrenado para labores de ayuda), demostrando así de qué están hechos los canes (de pequeña creía que eran como una galleta: rellenos de amor y aún lo creo).
Pues nosotros en Venezuela también tenemos nuestro héroe, quien en esa tragedia salvó más de 30 personas. Y me pregunto ¡dónde está la estatua en su honor! Pues nosotros en Caraota Digital le rendimos homenaje a través de las letras a nuestro héroe canino, a ese grandote de ojos aguarapaos, una mezcla de miel con papelón, que salvó muchas almas, incluso la mía y seguramente incluso la tuya.
Conocer su historia te brindará una sonrisa. Ese Rottweiler se lanzó al mar en 1999 y comenzó a patalear entre las turbulentas aguas que traían troncos y piedras, iniciando con ello una serie de hazañas sorprendentes.
Orión empezó a nadar al lado de una niña de 8 años y cuando abrió la boca, las personas que lo veían pensaron que era para morderla. Más no fue así: la agarró de manera suave por la ropa y la llevó a la orilla. Posteriormente saltó de nuevo y sacó a una segunda niña de 14 años de las aguas.
Luego ayudo a ocho niños a subir a sitios altos. Así pasó la noche del miércoles y parte de la mañana del jueves hasta que los testigos de tales hechos se dieron cuenta de que Orión logró
rescatar a 37 personas. Recuerden que Orión lo hizo todo como respuesta natural a un sentimiento de solidaridad.
El grandote Orión murió en 2008, pero en vida nuestro héroe canino recibió una medalla de honor al valor, una cinta azul y un diploma por su trabajo de amor.
Orgullosamente y con los ojos llenos de lágrimas, también le enviamos a nuestro Gran Perro de Rescate muchos juguetes, en especial una pelota de color naranja que le llegue al cielo, como símbolo de nuestra inmensa gratitud.
Gracias Orión, gracias grandote de ojitos aguarapaos. ¡Gracias por tanto!