Actriz y protectora de animales
Sé que nadie nunca sabrá quererme así, sin límites, sin fronteras, haga lo que
haga, sin pedir, sin esperar nada para sí... Nadie podrá quererme como él - mi
Coco Vainilla - me quiere a mí.
El amor incondicional te llega o te adopta aunque esté ciego. ¿Una
incapacidad es sinónimo de imperfección? ¿Qué es la perfección? ¿Será que
todos nosotros los humanos necesitamos ser reconocidos como personas
valiosas y merecedoras de afecto para sentirnos bien y enfrentar con éxito las
adversidades?
En una sociedad competitiva como la nuestra, la discapacidad tiene un valor
peyorativo, invalidante y de exclusión a veces, incluso, más incapacitante que
la propia discapacidad.
Hoy llegaste a mi vida Coco Vainilla, un poodle de 10 meses que nació sin
poder mirar el mundo a través de sus ojos... pero no te hacen falta porque
miras a través de tu alma. El sentido del olfato y la agudeza de tu audición me
han sorprendido inmensamente.
Estoy aprendiendo cada vez que te observo, me sacas sonrisas al ver cómo en pocos días ya te desenvuelves tan bien en mi casa, ahora tuya. Lo reconozco. Al principio sentí un poco de pena porque habías nacido ciego, y ¡hoy te admiro y me sorprendo de tus capacidades!
Definitivamente cualquiera que conviva con un perro sabe lo mucho que
pueden llegar a cambiar las prioridades cuando empiezas a ver la forma de
vivir de tu mascota, en especial si ésta tiene una discapacidad.
Los humanos tendemos a vivir enfrascados en nuestros asuntos, preocupados por
situaciones importantes o banales, pero siempre mirándonos el ombligo. Sin
embargo, cuando compartes tu vida con animales, algo te empuja a mirar a
tu alrededor y a ser más observador.
Quizá porque empiezas a ver que son felices con poco o que parecen más
relajados de lo que tú has estado nunca, entiendes que hay muchas cosas
que puedes aprender de ellos para vivir mejor.
Hoy puedo compartir lo que Coco Vainilla me ha enseñado, aunque
reconozco que muchas veces no soy tan buena alumna… En fin, soy una
humana, pero créanme que lo he intentado y acá menciono algunas
lecciones:
1.-Afrontar cada día con entusiasmo: mi Coco Vainilla afronta cada día como si
fuese el primero y sus ganas de vivir nunca decaen.
2.-Permitirme ser un desastre: Coco sabe que, a veces, es bueno aflojar y
pasarlo bien sin importar si te ensucias, desordenas todo o haces el ridículo;
la diversión merece la pena.
3.-Ser yo misma: los perros no viven con la presión del qué dirán, son ellos
mismos, pase lo que pase; no sufren de complejos aunque sean ciegos.
4.-Aprender a perdonar: mi Coco nunca se ha lamentado de los errores del
pasado y jamás lo he visto señalar a la suerte por haber nacido ciego, o
señalar a su madre o a la vida. ¡Él siempre está feliz!
5.-Entendí que todos somos diferentes y eso es genial: cuando mis otros perros
conocieron a Coco, lo vieron como a un igual, no se fijaron en el tamaño, en
el color ni en la raza, ni en si es ciego o si tiene visión de águila. Ellos
simplemente aceptan a los de su especie sin importar la apariencia o el estilo
de vida.
6.-Disfrutar de los pequeños detalles: mis perros aprecian cada instante de la
vida. Por ejemplo, Coco Vainilla es feliz con las rascadita de panza o
simplemente se sienta en la grama a olfatear el aire. ¿Por qué a nosotros nos
cuesta tanto hacer lo mismo?
7.-No sentir miedo de mostrar amor a los míos: Coco nunca va a contener el
amor que siente por mí, él siempre me dará la bienvenida y mostrará la
felicidad que le genera que yo esté ahí.
8.- Intentarlo una y otra vez con entusiasmo: mi Coco Vainilla lo intenta, no le
importa cuántas veces se lleve las cosas por el medio o cuántas veces equivoque el
camino, siempre lo vuelve a intentar hasta que llega a su destino (normalmente es
a su camita).
Pero especialmente mi Coco Vainilla me ha enseñado a mirar a través del
corazón.
Me gustaría saber qué lecciones te han enseñado tus mascotas y si ha valido la
pena.
Instagram: @MarianValeroOficial
Twitter: @Marian_Valero