El plástico es el mayor enemigo del planeta, y pronto lo será de los humanos, ya que hay tanto plástico que ya empieza a estar presente hasta en la lluvia
En abril de este año científicos encontraron plástico en zonas tan remotas como los montes Pirineos y en las Montañas Rocosas de Estados Unidos.
En ambos casos el plástico calló junto con la lluvia en forma de fibras y trazas de microplásticos, reseñó Xacata.
En el caso de los Pirineos se encontraron un promedio de 365 partículas de plástico, fibras y trazas por metro cuadrado todos los días. Los plásticos encontrados, son comúnmente utilizados para fabricar envases de un solo uso o bolsas por ejemplo.
Con este nuevo estudio se confirma que el plastico además de comprometer la vida en los oceanos, lo que ha su vez compromete la producción del 70 % del oxigeno del planeta, además es capaz de encontrrarse en el agua o el aire.
Los responsables de la investigación en las Montañas Rocosas afirmaron que casi cualquier cosa que esté hecha de plástico podría desprender pequeñas partículas que luego suben a la atmósfera.
Ahí arriba, una vez se suman al agua de las nubes, entran en el ciclo del agua que las hace descender, desplazarse por la Tierra (y en consecuencia depositarse en organismos) y luego filtrarse en bajo Tierra o subir de nuevo.
Otra aspecto que preocupa a los científicos es la capacidad que tienen los microplásticos de desplazarse por todo el planeta. El equipo que recolectó muestras en los Pirineos lo hizo a 6 kilómetros del pueblo más cercano y a 120 kilómetros de la ciudad más cercana.
Con semejante distancia, los científicos creen que existe la posibilidad de que los microplásticos estén realmente en cualquier lugar.
El ser humano y el resto de animales consumen microplásticos a través del agua y los alimentos que se consumen. También es posible respirar micropartículas de plástico existentes en el aire.
Sin embargo, dado que nos encontramos en este entorno desde prácticamente el día que nacemos, los científicos no han podido determinar cuál es el impacto real que tiene, pues ha sido imposible aislar a alguien de los microplásticos desde su nacimiento.