Fueron hallados restos fósiles de algas que evidencian que el evento de extinción de los dinosaurios hace 66 millones de años coincidió con un fuerte aumento en la acidez marina.
Los expertos coinciden en que una colisión de un asteroide provocó una extinción masiva en la Tierra, pero había hipótesis de que los ecosistemas ya estaban bajo presión por el aumento del vulcanismo.
Los expertos explicaron que queda descartado un deterioro gradual de las condiciones ambientales.
Según los hallazgos, hubo un impacto repentino que condujo a una acidificación oceánica masiva. Los océanos tardaron millones de años en recuperarse de la acidificación.
“Antes del evento de impacto, no pudimos detectar una acidificación creciente de los océanos”, precisó Henehan.
El impacto de un cuerpo celeste dejó huellas: el cráter Chicxulub en el Golfo de México y pequeñas cantidades de iridio en los sedimentos.
Hasta el 75 % de todas las especies animales se extinguieron en ese momento. El impacto marca el límite de dos eras geológicas: el Cretáceo y el Paleógeno.
Después del impacto, los océanos se volvieron tan ácidos que los organismos que forman sus conchas de carbonato de calcio no pudieron sobrevivir.
Debido a esto, a medida que las formas de vida en las capas superiores de los océanos se extinguieron, la absorción de carbono por fotosíntesis en los océanos se redujo a la mitad. Este estado duró varias decenas de miles de años antes de que las algas calcáreas se propagasen nuevamente.
Sin embargo, pasaron varios millones de años hasta que la fauna y la flora se recuperaron y el ciclo del carbono alcanzó un nuevo equilibrio.