Desde que el término «squirt» (chorro en español) se popularizó, el deseo por llegar a causar dicha eyaculación femenina se incrementó entre las parejas sexuales.
A comienzos de siglo se estableció que las mujeres también poseen una próstata, que era conocida comúnmente como el «punto G». La estimulación de la misma es la que causa mayor lubricación y placer en la mujer, conduciéndola al famoso squirt.
Es importante tener en cuenta que alrededor de la próstata femenina se encuentran las glándulas uretrales; recogen la lubricación y las transportan hacia la uretra. Esto causa que la eyaculación femenina se confunda con la orina. Así que no, ella no se está orinando por el placer, el squirt es algo totalmente diferente.
5 pasos para lograrlo
- Comodidad: la mujer debe estar en una posición cómoda. Es recomendable que se recueste y abra bien las piernas, preferiblemente en una cama o superficie horizontal.
- Estimulación: se comienza pasando el dedo suavemente por el clítoris hasta que pueda introducirse el dedo medio o el anular por la vagina con la palma hacia arriba. No es recomendable sumergirlos por completo puesto que la próstata femenina está a pocos centímetros de profundidad, justo detrás del hueso púbico.
- Ubicar el punto G: Con las yemas de los dedos puede buscarse la próstata femenina. Puede identificarse fácilmente al notar una superficie rugosa que al presionarla se dejará de sentir el hueso púbico. La mujer puede indicar si se llegó a la zona correcta porque comenzará a sentir una sensación parecida a la de querer orinar.
Una vez ubicado el punto, comience a masajear aumentando frecuencia y presión con movimientos circulares, lineales, toques rápidos, detenerse o empujar hacia arriba. Lo importante es hacer presión como si se estuviera pretendiendo tocar el hueso púbico, de este modo el squirt estará más cerca que nunca.
- Pídele ayuda: lo mejor es que mientras se estimula el punto G, ella haga contracciones intermitentes de los músculos que liberan o retienen la orina. Según Soho, esta práctica es conocida como el beso de Singapur.
- ¡No se detengan!: puede que en el proceso la mujer alcance el orgasmo sin eyacular, sin embargo, esto no es una razón para darse por vencidos. Si esto sucede, continúen estimulando la próstata con delicados frotes; mientras más excitada esté, masturbe con más fuerza y cuando ella sienta ganas de orinar, debe levantar las caderas contrayendo los gluteos mientras se continúa con la masturbación hasta producir el squirt.