El toma y dame entre el gobierno de Nicolás Maduro y Guyana continúa, después que el chavismo rechazara la más reciente misiva de ese país y le exigiera que se siente a negociar por el caso del Esequibo.
«Venezuela rechaza el comunicado de Guyana con el que pretenden desconocer el Acuerdo de Ginebra de 1966», reza el escrito chavista. En seguida, le exige a esa nación «que desista de la conducta servil a los intereses de la Exxon Mobil».
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En la comunicación difundida por el canciller Yvan Gil, también ordenan detener «la militarización de la zona, se apegue a la legalidad internacional y se siente en la mesa de negociación como único mecanismo para la resolución de la controversia territorial».
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A su entender, el gobierno de Guyana «obvia la premisa fundamental de dicho acuerdo». Destaca que este fue «convenido entre Venezuela y el Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte, antes que la República Cooperativa de Guyana existiese».
#Comunicado Venezuela rechaza el comunicado de Guyana con el que pretenden desconocer el Acuerdo de Ginebra de 1966 y le exige que desista de la conducta servil a los intereses de la Exxon Mobil, detenga la militarización de la zona, se apegue a la legalidad internacional y se… pic.twitter.com/pTxIseWue2
— Yvan Gil (@yvangil) October 1, 2023
Para el chavismo, la posición «arrogante y hostil de Guyana, negando el diálogo y la diplomacia, es el mayor obstáculo para alcanzar una solución en el marco del derecho internacional público. El tutelaje de empresas transnacionales se ha convertido en un peligroso estímulo a la perturbación de la paz regional».
LA NEGATIVA DE GUYANA
Ese comunicado es la respuesta a una declaración de Guyana. En Facebook, ese gobierno rechazó el planteamiento chavista de un diálogo. Dejaron claro que se seguirán apegando a lo que decida la Corte Internacional de Justicia.
Pero la Cancillería enfatizó que no piensan reconocer dicho mecanismo judicial para resolver la controversia en el Esequibo. A su entender, la CIJ excluye la «naturaleza y objeto del Acuerdo de Ginebra».
Por consiguiente, reiteró que la vía para saldar el problema es sentándose a negociar.
