Lo que parecía una lucha férrea contra la corrupción parece haberse enfriado y es que de diversos flancos como la CVG, Corporación Venezolana de Guayana, la «normalidad» se ve campante, al punto de que hasta los mismos que en su momento fueron acusados de su desangre estarían de regreso.
Todo el entramado que se inició desde la Pdvsa presidida por Tareck El Aissami llegó a las industrias básicas del oriente del país, dónde los grupos parecen reorganizarse para mantener sus negociaciones.
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Un reportaje de la web Sextovisión recoge que las investigaciones iniciales llevaron a la detención de altos cargos de la CGV como su presidente Pedro Maldonado y su operador financiero el empresario Alejandro Arroyo.
Sobre estos, reseñan que llevaban operaciones de desmantelamiento de las instalaciones de las industrias básicas para venderlas en mercados internacionales como chatarra.
A eso se le sumaría una presunta red de explotación, procesamiento, transporte y comercialización paralela de minerales que generaba millones de dólares que no llegaron a las arcas del país.
Todo fue descubierto tras la movida de mata que removió las bases políticas y gerenciales de Pdvsa, incluidos los colaboradores de El Aissami, que habrían salido del mapa de influencias.
EL REGRESO A LA ANDANZAS EN LA CVG
Sin embargo, con el paso de los meses y en medio del silencio sobre el paradero y destino de El Aissami, ahora reportan el regreso de funcionarios vinculados a las tramas de corrupción, que se supone, estaba combatiendo el chavismo desde sus bases.
Entre los que nunca salieron de la CVG se encuentran varios nombres, una sería «la Corporación Jorin, presidida por Jorge Luis Infante Laya, un hombre que se constituyó como empresario a finales de los 80» y que se ha vinculado con varias empresas que han cambiado su nombre para fines corruptos, revela el portal de noticias.
La investigación revela que: «sus operaciones en la CVG mantienen una red de financiamiento que son dirigidas por sus socios Andrés Hernández y Gregory del Jesús García Marín quienes además se encargan de triangular la compra de minerales de ferrominera con sus empresas constituidas en Panamá a precio módico para luego ser revendido con millones de dólares de ganancia en cada operación con producto venezolano puesto en mercados internacionales a través de estos personajes quienes se asociaron a su vez con Gabriel Faleni, presidente de la empresa Ashley Global Shipping»
Estas operaciones eran vigiladas y controladas por Alejandro Arroyo quien llevaba el dinero obtenido a Pedro Maldonado, revela la trama.
Pese a estar detenidos, parece que mantienen sus operaciones -detalla el portal- debido a que muchas de estas operaciones habrían sido aprobadas por la nueva directiva de las industrias básicas.
De acuerdo a las informaciones, las investigaciones continúan a través del Ministerio Público, sin embargo, en las entrañas de las industrias básicas parece que la corruptela no ha sido erradicada.
